Las micro partículas contaminantes suspendidas en el aire son muy peligrosas para la salud puesto que pueden entrar en nuestro organismo a través de las vías respiratorias, boca o nariz, y llegar a pulmones, donde pasan a nuestro sistema circulatorio y, por lo tanto, también al corazón.
Según un estudio que trata esta cuestión, estas nanopartículas pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, según Fundación Británica del Corazón (BHF). Para llegar a esta conclusión se realizaron pruebas de inhalación de partículas de oro (que son alrededor de mil veces veces más finas que un cabello) a voluntarios a los que se les detectaron en la sangre y la orina.
Riesgo cardiovascular
A partir de estas pruebas, que encontraron restos de las nanopartículos incluso meses después de la exposición, el líder de la investigación, Mark Miller, dice que “lo descubierto nos permite sugerir que las nanopartículas presentes en el aire de las ciudades, pueden seguir el mismo camino” y quedarse en el sistema circulatorio como los sedimentos que se depositan en el curso de los ríos.
Es especialmente peligroso si se acumulan en puntos sensibles del sistema circulatorio y las consecuencias para la salud pueden ser “graves”, concluye el estudio, y afectar a la salud circulatoria provocando colesterol y disparar los niveles de azúcar en la sangre.