Usar la bicicleta como medio de transporte en la ciudad es luchar contra el cambio climático, ahorrar y cuidar la propia salud. Se trata de un modo de transporte de cero emisiones que pone en marcha nuestro organismo a golpe de pedal y nos evita tener que gastar en el mantenimiento de un coche, gasolina o bono de transporte.
Todavía no hemos llegado a que se subvencione el uso de la bicicleta, pero sus ventajas son suficientes como para plantearse coger el manillar e ir sobre ruedas de un punto a otro.
Urbes más ecológicas
Aunque hay que tener en cuenta los recursos utilizados durante la fabricación para analizar lo ecológico que es un producto, su durabilidad y la posibilidad de adquirirlo en perfectas condiciones en el mercado de segunda mano lo convierten en un artículo verde.
Además de que su fabricación requiere muchas menos materias primas contaminantes que un coche y su reparación o reciclaje también es mucho más sencilla y económica.
Como medio de transporte respetuoso con el medio ambiente, también hay que considerar lo poco que ocupa a la hora de rodar con ella y de aparcar a nivel paisajístico frente a los coches, y tampoco emite contaminación acústica, por lo que ayuda a que la ciudad sea más verde. Una opción verde en todos los sentidos.