26 diciembre 2013 | Imagen: deinds.- Haciendo caso omiso a las advertencias de los científicos, el Gobierno Australia ha aprobado un proyecto minero que pone en jaque a la Gran Barrera de Coral. Su cercanía a este entorno protegido considerado patrimonio de la humanidad amenaza su conservación a consecuencia de las emisiones de CO2 generadas.
Como sabido, el CO2 es un gas de efecto invernadero causado por la acción humana que acidifica el océano, por lo que este proyecto será un nuevo golpe justo donde más les duele a las estructuras de coral. Dicho de otro modo: al embate que ya sufren estas selvas marinas por el cambio climático, se le suma ahora un segundo impacto que agravará, acelerará su declive.
En el otro lado de la moneda, se espera que este proyecto suponga un fuerte impulso de la economía local y convierta a Abbot Point en uno de los puertos de carbón más importantes del mundo. Es decir, se prefiere la pujanza industrial a la supervivencia de estos valiosos arrecifes, que ya han sufrido daños irreparables de blanqueamiento por el calentamiento de los mares.
Fulminada por el CO2
Son muchas las voces contrarias que se han manifestado. Además del lógico cabreo del Partido Verde por Queensland, el Comité del Patrimonio Mundial (UNESCO) recomendaba no atentar contra este entorno irreemplazable cuyo deterioro supondrá también un gran declive de los recursos marinos.
Un proyecto minero amenaza la Gran Barrera de Coral
El carbón se extraerá en la mina Galilee Basin, en el estado de Queensland, y se exportará a través de Abbot Point con el resultado de la creación de tanto CO2 al año como el producido por Dinamarca y Portugal juntos, apuntan los verdes. Por su parte, un estudio del 2011 pronostica el fin de la Gran Barrera para el 2050 o, según una reciente investigación, el final sería para el 2100.