26 DICIEMBRE 2013 | Imagen: Natalia Kolotvina.- La ciencia nos da una razón de peso para que respetemos pinos y abetos. No cortarlos en Navidad ni, por supuesto, en ninguna otra época del año, es contribuir a frenar el cambio climático de forma importante. Mucho más de lo que pensábamos, además, pues investigadores suecos han descubierto que son tremendamente eficaces como sumidero de metano, un gas de efecto invernadero mucho más contaminante que el dióxido de carbono.
Científicos de la Universidad de Lund y de Estocolmo han descubierto el talento de estas especies vegetales para absorber el metano, casi 30 veces más dañino que el CO2. Por lo tanto, plantar más y no deforestar los existentes es lo que debería hacerse para reforzar la inestimable ayuda que suponen los bosques en la difícil misión de ralentizar el calentamiento global.
En efecto, en contra de anteriores estudios que los consideraban emisores de metano, en realidad estaría ocurriendo todolo contrario. De acuerdo con este último estudio, pinos y abetos son unos auténticos fieras limpiando la atmósfera de metano y, por supuesto, también de CO2.
Un abeto en el jardín
Lo realmente curioso es que los investigadores observaron que en las zonas forestales donde abundaban se estaba constatando una decreciente carga de gases de efecto invernadero, especialmente de metano. Finalmente, tras descartar otras posibilidades concluyeron que durante las últimas décadas habían intensificado esta limpieza atmosférica.
Una interesante opción es plantar un abeto en el jardín para tenerlo todo, tanto un gesto con el medio ambiente como un fantástico árbol navideño que decorar en el exterior de nuestro hogar.
Recordemos que el metano no sólo está en la atmósfera. De hecho, los congelados lagos de Siberia guardan más de 50 millones de toneladas de este gas, diez veces la cantidad atmosférica, por lo que el deshielo podría liberarlo.